5 segundos de diferencia entre dos disparos.
En uno dos niños profundamente tristes. En el otro los mismos niños riendo.
Mismo encuandre, misma luz, mismos niños.
¿Con cuál me quedo? ¿Qué quiero contar?

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Y es que eso, exactamente eso, fue este viaje.

El perfume y el olor. La belleza y el sufrimiento. La alegría, la crueldad.

Culpa, vergüenza y responsabilidad a partes iguales. Como occidental, como europeo, como hombre… como fotógrafo.