Camino, rastro y herida…
Singularidad.
La estampa y la posición GPS como metáfora.
El número de identificación y la huella dactilar como bastión de la individualidad en la identidad colectiva.
En la palabra identidad conviven dos significados aparentemente opuestos: por un lado aquello que nos hace únicos, por otro aquello que compartimos con los demás.
Esta serie aborda el tema de la identidad utilizando como metáfora la cartografización, clasificación y puesta en valor de pequeños paisajes cotidianos cuya belleza nos pasa completamente desapercibida.
Estos efímeros micropaisajes, elementos urbanos ignorados más allá de su función, son localizados y clasificados a través de su posición GPS y mostrados (magnificados en escala) a través de su estampa; no realizada mediante un proceso de grabado sino de un proceso fotográfico desarrollado por mí.
Una vez desarrollado el lenguaje, cada pieza, de forma individual, o en dialogo con otras, desarrolla su propio significado o forma parte de un discurso concreto.
Hay, en este proyecto, reflexiones sobre el lugar que ocupa cada uno en el mundo que le rodea, sobre el anonimato y la necesidad de destacar; sobre la imagen que proyectamos.
Hay conversaciones con el Gyotaku (dónde un único ejemplar sirve como imagen representativa de todos los de su especie y a la vez se utiliza para inmortalizar a aquellos ejemplares extraordinarios).
Hay, también, una oda al acercamiento, a la observación, a profundizar en nuestra forma de mirar y de relacionarnos, a buscar lo extraordinario incluso en lo mundano…
Referencias a la historia personal, a la huella, a las cicatrices, al paso del tiempo, a la memoria. A cómo lo que nos pasa a lo largo de nuestra vida termina definiéndonos.
Un guiño a los catálogos, los herbarios y las colecciones naturalísticas; a la arqueología, los códigos, la fotografía aérea, los no-lugares, la perspectiva, la interpretación y al test de Rorschach...
Al igual que ocurriera en DIGNUS y en MATRIU_ (mis dos colecciones anteriores), en esta serie la forma de fotografiar el objeto es esencial en el resultado final.
El objeto representado es dividido en sectores que se fotografían de forma independiente a pie de calle.
Tras este punto comienza la postproducción digital, el ensamblaje, foto a foto, capa a capa, hasta formar la imagen definitiva, que reconstruye el objeto.
Las fotos se unen en un fotomontaje digital que me permite obtener imágenes de gran tamaño y resolución en las que en ningún momento se realiza interpolación y que yo llamo “reconstrucción fotográfica”.
Una vez obtenida esta imagen se realiza el trabajo de separación del objeto del fondo y su tratamiento digital para otorgarle las características estéticas del grabado (monocromo, inversión de color, imagen en espejo, etc...).
La numeración que da título a cada obra y que aparece en la parte inferior de la imagen corresponde a las coordenadas GPS del punto fotografiado. Al introducir esta numeración en Google Maps se puede visualizar exactamente el punto en que se encuentra el objeto. Con el fin de completar la metáfora la tipografía utilizada es la misma que se utiliza en el DNI español.