DIGNUS

La galería Jorge Alcolea participa en la XIX edición del Festival Off de PHotoEspaña2016 presentando la exposición DIGNUS de Abraham Calero: veinticuatro fotografías que conforman su serie “Los olvidados” y se alzan como un alegato en defensa de la dignidad de los objetos.

Esta nueva edición del Festiva PHotoEspaña fue concebida como una gran panorámica sobre el medio fotográfico en el continente europeo. En este contexto se sitúa el trabajo de Abraham Calero, que en su serie “Los olvidados” ha emprendido la incansable tarea del arqueólogo en busca de la puesta en luz y dignidad de objetos que habían desaparecido en la sombra del pasado.
Vidas útiles que dejaron de serlo un día y fueron condenadas a la sustitución y el olvido, pero que revelan con sus cicatrices, su óxido y sus abolladuras las heridas materiales de nuestra propia civilización. Arqueólogo es también el espectador cuando se postra ante las precisas reconstrucciones de Abraham Calero, y lee parte de su propia historia en los objetos que ahora contempla en todo su esplendor estético.
Los veinticuatro retratos de objetos recuperados que componen Dignus aparecen ante nuestra mirada como ancianos que muestran sin complejos el paso de los años, que han dejado de ser trastos para transformarse en testigos que se elevan plenos de dignidad. Donde había utilidad caduca, hay ahora un espejo que interroga sobre cuestiones fundamentales, sobre la memoria y el olvido, sobre el límite entre la materia inerte y lo humano, sobre nuestra propia cualidad moral como sociedad.

Abraham Calero divide en su serie “Los olvidados” el objeto en sus elementos fundamentales y los fotografía por separado, en sucesivos primeros planos, para lograr retratar sus heridas con el máximo nivel de detalle. Polvo, telas de araña, óxido… cartografían así la extensa vida del objeto una vez que sus partes han vuelto a ensamblarse en un ulterior proceso de fotorreconstrucción.
La extrema nitidez con que se muestra así el objeto, negada a la vista natural del ojo humano, permite el acceso a una óptica insconsciente de definición, profundidades de campo y perspectivas imposibles. Los límites de la fotografía convencional son traspasados en esta actuación minuciosa que se vale a partes iguales de los avances de la tecnología digital y del trabajo artesanal.

 

Texto escrito por Piedad Solans para MATRIU_

Matriu_, una instalación de Abraham Calero dispuesta en diversos ejes espaciales del pasillo y Espai Cùbic, aborda, a partir de las fotografías de veintidós planchas de grabado de Miró y en una interconectividad de registros documentales e imaginarios, el lugar y el destino de las matrices y la significación simbólica que adquieren, una vez realizada la estampación y reproducida la imagen.

Lejos de una reproducción fotográfica de la obra de Miró, Abraham Calero plantea cuestiones fundamentales del arte contemporáneo que, desde artistas y filósofos como Walter Benjamin, Andy Warhol, Joseph Kosuth, Art & Langage o Baudrillard,  tienen como marco conceptual las relaciones entre el aura y la reproducción, lo real y el fantasma, la originalidad y la serialidad mecánica, la obra artística, la documentación y el archivo, la correspondencia asimétrica entre el lenguaje, las imágenes y las cosas.

¿Cuál es, en la sociedad de las tecnologías de la imagen y la digitalización, de la acumulación de datos y los desplazamientos, el valor simbólico de la obra de arte original? ¿Qué es lo que de ella se elige, se hace visible y se canaliza en los circuitos del mercado artístico y expositivo, lo que se desecha o archiva, su código o su "resto"? ¿Qué suponían para Miró los procesos y sinergias creativas, las pruebas fallidas, la tactilidad del cobre, los colores y la untuosidad de las tintas, y cómo se transforman y son percibidos por el espectador en las copias de papel? Lejos de la acción creativa del grabador, las planchas son catalogadas y almacenadas, guardadas sin uso, inútiles ya, mientras que las impresiones, en series y como productos numerados, circulan homologadas y contempladas en colecciones y exposiciones : son la obra de arte. La codificación y la catalogación, la numeración y el archivo, operaciones propias de la modernidad, como diría Michel Foucault, definen la obra y transfieren su valor a parámetros mensurables y a los conceptos de "utilidad" y valor. 

En Matriu_, el aura vuelve, sí, en la matriz original de Miró, extraída de su depósito en una cámara. Pero lo hace como pieza de museo, metafísicamente iluminada y expuesta en una urna, inaccesible al tacto, lejana en el tiempo, sacralizada como objeto arqueológico y museístico. Mientras que el lugar que la conserva se visualiza, anónimo y difuso, en la pantalla de un monitor que, en el pasillo, hace funciones de vigilancia, control y computerización de un tiempo cronológico; lugar digital que el gris turbio de la imagen electrónica transforma en irreconocible y en la pérdida de color reubica, ya no en un espacio físico, sino en una espectral cámara virtual.

Las fotografías de las planchas de Miró se disponen en las paredes del Espai Cùbic. No son «dobles» de los originales sino intervenciones fotográficas de las matrices. Han sido, desde el deseo de restaurar su aura, reelaboradas a lo largo de una convivencia íntima, con una conexión afectiva, en el lugar cerrado donde se guardan, cuidadosamente rescatadas del olvido y trans-locadas al espacio expositivo. El INDEX en el muro plantea, junto a la urna y las fotografías, la codificación y catalogación de que las planchas son objeto, convirtiéndolas en una referencia abstracta y en material de archivo. Asimismo, las cartelas que documentan las fotografías adoptan formato de fotocopia y describen la idea de serialización y multiplicación infinita, reduciendo la obra a ficheros de datos.

Matriu_ construye así una instalación en la que se yuxtaponen diversos registros y trayectos que apuntan a las configuraciones de la obra de arte, su reproductibilidad, museificación y valor. Pero también, a una trama de simulaciones: en la era de la transparencia, la opacidad de los lugares; en la era de la visibilidad y la mostración total, lo residual, el resto no visible. En la era de información digital, la ausencia del original. La matriz es inaccesible: vemos copias y copias de copias, reproducciones intervenidas, filtros, índices, espectros. No accedemos a la realidad por la materia, sino a través de mediaciones visuales, topográficas y semióticas: pantallas, imágenes, superficies, documentación, códigos. Matriu_ no evoca el retorno del aura en la matriz de Miró, recuperada del olvido, sino la desaparición total del aura, soterrada y suplantada por la virtualidad.

 

La humildad como lección de humildad.

Y como enseñanza… la generosidad.

La generosidad no es colmarte de cosas que no necesitas, no es pagar una cena ni compartir una copa. La generosidad es darte papel higiénico y ver trozos de diario clavados en un clavo junto al retrete, sacar el pollo del congelador mientras se friegan platos que sólo contenían arroz, cederte la cama.

La generosidad es dar hasta que duele… con más placer que dolor, sin esperar nada a cambio. Y ante eso…. enfrentarte al egoísmo de aceptarlo, oculto bajo el no rechazar lo que se te ofrece, con educación y agradecimiento, y “contraprestando”. Sí, pero… sin que duela, porque nuestro umbral del dolor es diferente, porque no nos implica un esfuerzo a la altura del que ellos hacen.

La humildad debe mostrarse sin complejos, sin culpa, sin adornos, con orgullo. La humildad de los demás debe volvernos humildes, hacernos ver quiénes somos realmente.

 

RAE: humildad. (Del lat. humilĭtas, -ātis).
1. f. Virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento.
2. f. Bajeza de nacimiento o de otra cualquier especie.
3. f. Sumisión, rendimiento.

 

Agradecido... compañero

El abuelo de una gran mujer siempre decía “es de bien nacido ser agradecido”, y no puedo estar más de acuerdo. Siempre hay alguien más, aparte de lo evidente, detrás de un cuadro. Gente que influye de una u otra manera en el resultado final. Personas que me acompañan, que me inspiran, que me influyen o que me ayudan a hacer lo que yo no puedo, o no sé. Personas que están ahí, o que no están. Músicas sin las cuales esto no sería posible.
Así que estas primeras palabras, son de agradecimiento:

A mi familia por que lo es todo y aunque rara vez les guste lo que hago siempre están ahí.
A mi abuela por seguir estando aunque ya no esté.
A Xisco por el hierro, a Pepe y Bijan por el papel, a la carpintería Consell por la madera, a Esteban y Guillermo por el poliéster, a Domi y Ruspell por las bicis, a Javier por el vino, a Ton por los juguetes, a Thomas por la web, a Magí por los huesos, a Eva, María y Eduardo por las traducciones, a Vicente por la luz, a Juani por los marcos y a Rosa y a Santi por sus consejos.
A los que olvido y a los que no quieren salir aquí.
A los que posan y a los que me enseñan quienes son.
A la música que me acompaña cuando soy yo, y cuando soy ella.

Y por supuesto….. a la musa.